Cuando viajas, el tiempo se desliza, obstruye la mirada y acompasa los recuerdos. Los recuerdos no tienen porque ser tuyos, a veces forman parte del pensar colectivo, y de esta forma nos permiten recorrer las distancias en un sentido o en otro, a la manera de una Máquina del Tiempo. Retomar lo que hicieron aquellos que configuraron una España que no existe, significa viajar al pasado para proyectarse al futuro, siguiendo una línea del tiempo o una flecha, que como muchos teóricos de la física afirman, es una mera retórica dimensional.
Situarnos en este tiempo volátil para recorrer otro tiempo, con la acción de pasar y viajar significa darle valor al proceso histórico que sucedió, que ocurrió y que se nos muestra como antecedente de nuestro poco valor circunstancial.
“El objeto del tiempo es inasequible” pretende ser un homenaje al reciente fallecido Juan Hidalgo y al colectivo ZAJ. La propuesta toma como referencia la primera Acción realizada por ZAJ, “Primer Traslado ZAJ” de diferentes objetos por las calles y plazas de Madrid, un acontecimiento retroactivo en el que se enviaron las invitaciones postales después de haber sucedido, con Juan Hidalgo, Walter Marchetti y Ramón Barce. En ella se habla de un recorrido que remite a ciertas alegorías del viaje a la muerte de Buenaventura Durruti en Madrid.
Ferdinand & François llevarán a cabo un viaje, Zaragoza-Altea, portando distintos objetos que como señalaba Juan Hidalgo, no son necesarios, y de nuevo vinculándolo con un último trayecto, el que de forma mitológica se dice que realizó Víctor Mira de Zaragoza a Pamplona portando un esqueleto de cabra, de camino a los Encuentros.
Al final se trata de adelantar y contraer el tiempo, mirar entre la maquinaria de ese reloj que marca unas horas que se acaban convirtiendo, a veces, en objetos de culto.
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